El liderazgo no siempre está en la cima
El liderazgo es una palabra que se escucha mucho hoy en día, pero de la que no siempre encontramos suficientes ejemplos auténticos.
Solemos buscar líderes en la cima: al frente de un país, de una institución o de una empresa. Sin embargo, la realidad es que el liderazgo no ocurre únicamente en las altas esferas. También surge en las bases, en los grupos, en los equipos e incluso desde el núcleo esencial de la sociedad: la familia.
Ser líder: habilidad y actitud
Ser líder no es un cargo; es una habilidad. En algunas personas es innata, en otras, desarrollada. Es una manera de relacionarse, de comunicar, de inspirar y de ayudar a otros a crecer. También implica trazar objetivos y ejecutarlos con responsabilidad.
Más que una posición de poder, el liderazgo es una responsabilidad: tener una visión amplia, gestionar, guiar, incentivar a un equipo o una idea hacia la realización de un propósito común.
Un verdadero líder predica con el ejemplo: con sus palabras, con sus emociones y con sus acciones. Puedes ocupar un alto cargo y no ser líder, y puedes servir los cafés en una empresa y serlo.
El liderazgo auténtico inspira
Hoy más que nunca, el mundo necesita redescubrir el liderazgo: entender que no está ligado a la fuerza, a la dominancia, a ganar o perder, al éxito o al reconocimiento. Liderar significa tener la capacidad de servir, de inspirar y de guiar a un colectivo para alcanzar objetivos, incluso en momentos de dificultad e incertidumbre.
La principal herramienta del líder es el autoconocimiento: esa capacidad de conocerse a sí mismo que lo conecta con la humanidad de los demás. Su compromiso es formarse de manera integral para ser mejor cada día.
La construcción colectiva como propósito
El liderazgo debe allanar el camino para una construcción colectiva. Requiere una perspectiva tan amplia que permita ver a cada persona en su máximo potencial, pero también reconocer sus áreas de mejora. El líder teje estrategias para sacar lo mejor de cada integrante y sumarlo a la visión común.
Asimismo, un buen líder reconoce sus propias vulnerabilidades y áreas de trabajo personales.
Tú también puedes ser líder
En un mundo que busca líderes inspiradores, ¿por qué no inspirarnos para ser nosotros mismos líderes responsables de nuestra vida y de nuestro entorno?
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Por: Natalia Name










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